La artritis es una patología muy común entre los pacientes de edad avanzada. Sin embargo, también existe la artritis infecciosa que, aunque es menos frecuente, puede producir distintas afecciones. En el post de hoy explicaremos en qué consiste este tipo de artrosis, cómo se desarrolla, cuáles son los síntomas que tiene y de qué manera puede tratarse.

Para ello, comenzaremos definiendo el concepto de artritis. Se trata de una inflamación o degeneración de una o varias articulaciones, es decir, el espacio o la zona donde convergen dos huesos. Esta afección suele padecerse en las manos, afectando a la forma y la dirección de los dedos, pero también puede aparecer en otras articulaciones como la rodilla, los pies o el codo. La artritis infecciosa, también conocida como artritis séptica, es es el conjunto de estas alteraciones, sumado a la infección de la articulación. En estos casos, la infección suele ser bacteriana, viral o de hongos que. además, se extiende desde otra parte del cuerpo.

Síntomas y factores de riesgo

Aunque los síntomas de la artritis infecciosa pueden variar dependiendo del grado de infección y de la parte del cuerpo, existen algunos comunes que suelen afectar a la mayor parte de los pacientes que padecen esta enfermedad. Como por ejemplo:

  • Molestia, escozor y/o dolor intenso en la zona afectada
  • Enrojecimiento e inflamación de la articulación
  • Escalofríos, sudores fríos y fiebre
  • Dificultad para mover adecuadamente la articulación y la parte cercana del cuerpo
  • Aparición de eccemas o heridas superficiales

En cuanto a las causas, destacan algunos factores de riesgo que pueden facilitar el desarrollo de la artritis infecciosa. Algunos de ellos son:

  • Un sistema inmunitario débil, como en el caso de personas con diabetes y enfermedades renales o hepáticas
  • Una articulación artificial. ya que durante la intervención pueden introducirse bacterias o gérmenes que queden adheridos a la pieza
  • Traumatismos en las articulaciones, como una mordedura de animal o un corte profundo, debido a que son un foco de infección
  • Medicación para la artritis reumatoide, ya que estos medicamentos pueden suprimir el sistema inmunitario y facilitar la recepción de infecciones

Complicaciones y tratamiento

Si el diagnóstico se retrasa demasiado, puede producirse un debilitamiento irreversible de la articulación. En el caso de una pieza artificial, sería necesaria una nueva intervención para el reemplazo de la misma. Por ello, es importante un diagnóstico temprano y un tratamiento médico adecuado. Normalmente, el especialista prescribe unos antibióticos que destruyan el origen infeccioso, además de otros analgésicos para aliviar el dolor ocasionado. En caso de que esto no sea suficiente, se plantearán otras alternativas médicas con el objetivo de salvar la movilidad y la funcionalidad normal de la articulación afectada. Recuerda que puedes pedir cita con nuestros expertos si padeces alguno o varios de los síntomas anteriores.