La ecografía y la mamografía son exámenes de diagnóstico muy comunes. Pero, ¿en qué se diferencia una de la otra? ¿Tienen algo en común? En este post puedes encontrar las características principales sobre ambas pruebas.

La ecografía mamaria consiste en la toma de imágenes mediante ultrasonidos. Se trata de un método no invasivo e indoloro. La duración de esta prueba ronda entre los quince y los treinta minutos. Además, esta prueba no es exclusiva, sino que puede complementarse con otras. Este caso se da cuando los resultados no son del todo evidentes o se necesita un análisis más extenso.

Por otro lado, la mamografía es la técnica más usada para la detección precoz del cáncer de mama. En este caso, se emplean rayos X en bajas dosis para visualizar el interior de las mamas. Las imágenes resultantes facilitan la detección temprana y el diagnóstico de las enfermedades mamarias.

¿Una es mejor que la otra?

Ambas pruebas están relacionadas con la prevención y tratamiento de patologías de mama. Con cada una de ellas podemos apreciar diferentes matices. Por lo tanto, no destaca una sobre otra, sino que la adecuada aplicación de ambas es la clave para la detección de posibles enfermedades.

La ecografía y la mamografía se parecen en que las dos son pruebas de diagnóstico. Aunque puedan ser un poco molestas, ninguna de ellas produce dolor físico. Sin embargo, también cuentan con algunas diferencias. La ecografía, no permite detectar microcalcificaciones, que suelen ser el signo evidente del cáncer mamario. Además, la ecografía utiliza un método no invasivo, mientras que la mamografía, aunque en pequeñas dosis, utiliza rayos X.

Ninguna de las dos pruebas son excluyentes. De hecho, es recomendable realizar ambos exámenes de forma complementaria. En muchos casos, se realiza en primer lugar una ecografía y, en caso de no ser suficiente, se procede a la mamografía.

¿Cuándo se realizan?

Este tipo de pruebas suelen llevarse a cabo cuando la receta un profesional. Suele ocurrir al acudir a consulta por molestias, dolores o bultos en la zona del pecho. En estos casos se indica la realización de una o ambas pruebas para el descarte de posibles patologías. No obstante, es recomendable asistir a revisiones periódicas y realizarse continuos exámenes mamarios.

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