Quizá pocas veces hayas escuchado este nombre, pero los estafilococos son un molesto invitado que está presente en nuestro día a día. Estas bacterias, que en ocasiones viven en la nariz, la piel u otras zonas del cuerpo de personas sanas, pueden causar infecciones en casi cualquier parte del organismo, incluidas nuestras articulaciones.
Se trata de microorganismos contagiosos que se propagan por el contacto con la piel y son capaces de vivir en un ser portador sin dar señales de su presencia, pero que, cuando colonizan a una persona, pueden llegar a causar daños graves en la salud; provocando enfermedades de diversa índole como pueden ser afectaciones cutáneas, neumonía, endocarditis o artritis séptica, la infección de las articulaciones y protagonista de esta publicación.
¿A quién y por qué afectan los estafilococos?
Los bebés y las personas mayores, así como los pacientes que portan prótesis, son más propensos a sufrir este tipo de patología, aunque cualquier persona puede desarrollar una infección por estafilococos. Sin embargo, sí que es cierto que existen diferentes factores que pueden favorecer la evolución de la artritis séptica.
Estas son algunas de las circunstancias que influyen en la aparición de esta afección:
- Implantes de articulaciones artificiales.
- Infección bacteriana en alguna otra parte del cuerpo.
- Enfermedades crónicas como la diabetes o la artritis reumatoide.
- Consumo de drogas por vía intravenosa.
- Medicamentos que inhiben el sistema inmunitario.
- Traumatismo reciente en una articulación.
- Artroscopia u otra cirugía reciente en una articulación.
Las personas afectadas por este tipo de infección suelen padecer de manera rápida y clara dolencias en las rodillas, pero también puede comprometer a otras articulaciones como los hombros o la cadera. La artritis séptica provoca malestar general y dificulta el uso de la articulación dañada, que suele estar roja, inflamada y caliente. En algunos casos puede llegar a provocar fiebre.
Diagnóstico y tratamiento
A pesar de lo doloroso y molesto de las infecciones provocadas por estafilococos, la mayoría de los casos mejoran con el tratamiento apropiado: en la actualidad, se basa en el uso de antibióticos y el drenaje de la zona afectada. No obstante, el especialista será el encargado de valorar el estado de la articulación y administrar el tratamiento y las indicaciones más convenientes para tu caso.
Las siguientes pruebas ayudan a diagnosticar la artritis infecciosa:
- Análisis del líquido articular. Las infecciones pueden alterar el color, la consistencia, el volumen y la composición del líquido dentro de las articulaciones.
- Análisis de sangre. Es útil para determinar si tienes signos de infección en la sangre.
- Diagnóstico por imagen. Las radiografías y otras pruebas de diagnóstico por imagen pueden ayudar a evaluar el daño que sufre la articulación.
Además. si portas una prótesis desde hace más de un año y el médico sospecha que puedes sufrir esta afección, se puede llevar a cabo un análisis especial, que consiste en inyectar en la articulación una pequeña cantidad de una sustancia química radioactiva.
Para evitar el empeoramiento de tu estado de salud, es importante que acudas al especialista adecuado, ya que obviar los síntomas de esta enfermedad puede dañar gravemente el cartílago y el hueso.
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