Las prótesis se utilizan de manera frecuente en determinadas intervenciones quirúrgicas. Pero, ¿qué pasa si se infecta? ¿Qué causas pueden desarrollar la infección de una prótesis? ¿De qué manera se actúa en esos casos? En el post de hoy respondemos todas estas cuestiones.

Tipos de prótesis

Existen diferentes tipos de prótesis, dependiendo de la zona del cuerpo donde se implante o la funcionalidad de la misma. Las prótesis más comunes son, entre otras:

  • Hombro: estas prótesis se colocan en caso de luxaciones graves o lesiones de hombro que derivan en artrosis
  • Codo y muñeca: especialmente indicadas para pacientes reumáticos
  • Dedos y nudillos: este tipo de prótesis se utilizan para reparaciones estéticas tras accidentes
  • Rodilla y tobillo: para casos en los que el paciente no puede moverse de manera habitual o la lesión le impide acciones tan básicas como caminar o arrodillarse

Además, existen diferentes materiales para la creación de prótesis articulares, siendo el titanio, el acero y el polietileno los más comunes.

Infección de prótesis

La infección de prótesis es considerada una de las complicaciones más relevantes de la cirugía traumatológica. A pesar de que es poco frecuente y tiene una incidencia aproximada de un 2-4% de los casos, es la complicación más temida por los profesionales de la salud, debido a sus posibles consecuencias.

La infección de prótesis está asociada a un implante inerte, la prótesis, y por lo tanto, tanto su diagnóstico como el tratamiento son diferentes a los de otras infecciones más frecuentes, como los abcesos. Durante los últimos años se han creado varias clasificaciones para la infección de prótesis, aunque la más utilizada es aquella que las divide entre infección aguda e infección crónica.

La infección aguda es aquella que se produce desde las primeras semanas hasta los tres meses desde la colocación de una prótesis articular. En estos tipos de infecciones, el biofilm no está maduro y aún puede conservarse la prótesis mediante un desbridamiento, con recambio de componentes móviles y tratamiento de antibiótico. Por lo tanto, el diagnóstico y tratamiento precoces son esenciales para evitar la evolución a una forma crónica.

En cambio, la infección crónica es aquella que se produce pasados tres meses desde la colocación de una prótesis articular. En este tipo de infección, el biofilm ya está maduro y la retirada de la prótesis es indispensable para la curación del paciente, además de un tratamiento antibiótico adecuado.

La mayoría de les infecciones protésicas son causadas por bacterias, generalmente los gérmenes más frecuentes son del género Estafilococo.

Por ello, resulta fundamental:

  • ponerse en buenas manos profesionales
  • realizarse la intervención en centros cualificados y especializados
  • mantener una higiene estricta, respetando las pautas de recuperación ofrecidas por los especialistas